Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, de 4,4 millones de hectáreas de intención de siembra de hace un mes, ahora se bajó a 4,24 millones. Varias problemáticas aquejan a la siembra triguera bonaerense, entre ellas los acumulados de agua y sus consecuencias sobre distintos lotes se vienen arrastrando desde febrero.
Con un avance de siembra del 65 por ciento, el trigo 2014/2015 va definiendo una suba de superficie menor a la inicial. Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BRC), de 4,4 millones de hectáreas de intención de siembra de hace un mes, ahora se bajó la estimación a 4,24 millones: “Con 160 mil hectáreas menos que las previstas originalmente, centradas mayormente en las zonas de mayor potencial triguero, el incremento interanual sería del 17 por ciento frente a la superficie triguera 2013/2014. Las provincias del norte argentino y Córdoba lideran las subas interanuales, en una escala del 39 al 89 por ciento”, sostiene el informe.
Buenos Aires es la clave. Allí la superficie triguera sólo crecería un 2,3 por ciento y está exhibiendo un severo retraso en la implantación. Los excesos hídricos determinaron que sólo se cubriera el 40 por ciento del área bonaerense, cuando la siembra supera holgadamente el 50 por ciento bajo condiciones normales. Las lluvias del reciente fin de semana dejaron cuantiosos acumulados en el sudeste bonaerense: 90 milímetros en Benito Juárez, 80 en Olavarría, 60 a 120 en Tres Arroyos, 60 en Tandil y 50 en Coronel Suárez. Aunada a estas condiciones climáticas, la dificultad para comercializar el cereal del 2013/2014 (buen rinde, pero con bajo nivel de gluten) prolonga la toma de decisión de siembra.
En soja y maíz el progreso de la cosecha confirma las expectativas de las estimaciones de la BCR que señalan una producción de soja de 55,7 millones de toneladas y en maíz de 24,5 millones de toneladas.
Excesos hídricos
Contrariamente a lo que suele suceder en el invierno, la primera quincena de junio acentuó los problemas de excesos hídricos que se vienen arrastrando desde febrero, en el peor de los casos. Por un lado las anomalías más intensas se registraron en el Litoral y dejaron severísimas consecuencias. También afectó a una amplia zona de Buenos Aires, destacándose el centro, el sur y la zona costera, sobre el río Paraná, con acumulados mensuales muy importantes. Estos acumulados llegaron hasta los 100 milímetros y resultan notoriamente superiores a los promedios estadísticos para junio. En los primeros días de este mes volvieron las lluvias sobre el Litoral y sobre el sudeste de Buenos Aires. En la zona bonaerense la siembra está muy atrasada y estas nuevas descargas demorarán más las labores por los próximos cuatro días.
Según entiende la entidad rosarina, básicamente tres problemáticas aquejan a la siembra triguera bonaerense: primero, en el norte -con énfasis particular hacia el este- los acumulados de agua y sus consecuencias sobre distintos lotes se vienen arrastrando desde febrero. A punto tal que a mitad de año se han superado los 1.000 milímetros en precipitaciones en una zona donde la mencionada cifra es el régimen pluvial anual. Segundo, en el centro todas las áreas de la Cuenca del Salado sufren las consecuencias de las altas napas de agua. Y tercero, en el sudeste había un elevado nivel de humedad, una situación manejable. Sin embargo, las últimas lluvias dificultaron la continuidad de las labores y se observan los pronósticos climáticos con ansiedad. Aunque la ventana de tiempo aún es amplia, preocupa la repetición de fenómenos de agua de la magnitud observada en los últimos tiempos.
En nuestra zona, abarcando Junín y Lincoln, se esperan bajas que oscilan entre 10 y 17 por ciento con respecto al ciclo 2013/2014, según señala el informe de la BCR. En el centro de la provincia, donde subsiste el problema de las napas altas, se esperan reducciones que oscilan entre un 10 y un 20 por ciento. El sudoeste muestra subas que oscilan entre un 10 y un 17 por ciento. La importante área triguera de Tres Arroyos, afectada por lluvias y por problemas comerciales, presenta serias incertidumbres y no variaría demasiado su nivel de superficie respecto del ciclo anterior, por lo que se cultivarían unas 400 a 420 mil hectáreas. El área de Tandil muestra un comportamiento más positivo con un crecimiento de un 12 por ciento. Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, se estima que Buenos Aires podría cultivar 1,9 millón de hectáreas de trigo, lo que representaría un incremento de un 2,3 por ciento respecto de la campaña 2013/2014.
Las mejores condiciones hídricas de los perfiles, sobre todo en las zonas más mediterráneas, se corresponden con los mayores niveles de aumento del área destinada al trigo.
Fuente: La Opinión de Pergamino