Atahualpa había nacido en las cercanías de la localidad de Juan A. de la Peña en 1908. “En aquellos pagos del Pergamino nací, para sumarme a la parentela de los Chavero del lejano Loreto santiagueño, de Villa Mercedes de San Luis, de la ruinosa capilla serrana de Alta Gracia” expresa en “El Canto del Viento”.
“Allá cerca de la pequeñita estación ferroviaria, enclavada en el desierto, con apenas seis o siete casas y ranchos por vecindario, se levantaban los galpones donde se almacenaba el cereal que los gringos traían desde las colonias. Trigo, cebada, maíz…” Ésta, podría haber sido la descripción de Roca, cerca de Junín donde después vivió o la mismísima estación Juan A. de la Peña, en las proximidades del lugar donde habitó con su familia y de la escuela donde aprendió las primeras letras.
Estas tierras de Peña están impregnadas de sus estilos, zambas, bailecitos y una plazoleta, frente mismo a la estación donde el ‘Tata’ ejercía sus funciones ferroviarias, lleva el nombre del inolvidable Atahualpa Yupanqui.
LORENZO R. PARODI
Estas tierras feraces de Peña, vieron también nacer a un ilustre y distinguido científico que dedicó su vida a la investigación, el Dr. Lorenzo R. Parodi.
El 23 de enero de 1895 menos de un año antes de que Pergamino fuera declarada ciudad nacía este eminente hombre de ciencia, hijo de inmigrantes italianos del norte de la península; y fue de su padre, un agricultor, que Parodi aprendió los rudimentos de lo que luego convertiría en causa de sus investigaciones.
En octubre de ese año aparece censado en Pergamino, junto a su padre Nicola de 22 años y su madre Asunta de 20, siendo el primer hijo del matrimonio.
Es tanta la calidad y cantidad de sus investigaciones que su apellido ha quedado ligado al nombre de numerosas especies. Falleció en Buenos Aires el 21 de abril de 1966.
HISTORIA
En la época de la construcción del ramal ferroviario las tierras de la estación y su entorno pertenecían a Eduardo Villaverde. Posteriormente las mismas fueron vendidas al poderoso comerciante pergaminense Ángel Godoy, quien formó allí una población a la que denominó “Villa Godoy”.
El 3 de febrero de 1884, se habilita el ramal ferroviario. La punta de riel había llegado allí poco más de un año antes.
El 7 de agosto de 1889 se habilita la estación, la que primeramente fue designada como “Godoy”. La ruta 188 finalizada en setiembre de 1932 junto al trazado ferroviario, hicieron que la vinculación con la ciudad fuera diaria.
En J. A. de la Peña, como en otros lugares del partido, se cumple la costumbre de guardar dos nombres para una misma población. De estación “Godoy” a “J. A. de la Peña” para terminar en “Villa Godoy” en el núcleo poblado.
El 5 de mayo de 1905 se habilita la estafeta de correos.