Así lo confirmó el especialista del Inta local, ingeniero agrónomo Antonio Ivancovich. “La detección se hizo en un lote de la zona de Acevedo y presentaba niveles de trazas de 4 ó 5 pústulas por hoja y baja severidad”, explicó.
Hace ya algunos días, desde la Estación Experimental Agropecuaria Pergamino del Inta, se daba a conocer la posibilidad de que en el norte de la provincia de Buenos Aires se dieran casos de roya de la soja.
Esos anuncios a cargo del ingeniero agrónomo Antonio Ivancovich se hicieron realidad en la tarde del jueves cuando se confirmó que, como consecuencia de las condiciones climáticas favorables para el desarrollo de la enfermedad, ésta se hizo presente en la zona de la comuna de Acevedo.
“La detección se hizo en un lote de la zona de Acevedo y presentaba niveles de trazas de 4 ó 5 pústulas por hoja y baja severidad”, explicó el especialista del Inta Pergamino.
En este sentido Ivancovich aclaró que el alerta emitido la semana anterior sigue en vigencia para aquellos lotes de soja que “estén por debajo del estado R5.5, grano en la mitad de su desarrollo (recordar R5 comienzo de formación de granos y R6 grano formado)”.
Vale recordar que el nivel de pérdidas causado por la roya depende del estado fenológico en que comienzan los síntomas y de la severidad de los mismos. El mayor efecto negativo de la enfermedad sobre el cultivo se relaciona con la madurez anticipada y el rendimiento del mismo. Con altas temperaturas y tiempo seco, la evolución de la enfermedad es más lenta.
El 25 de febrero desde el Inta Pergamino recomendaron estar atentos debido a que era detectada roya en San Justo (Centro de Santa Fe) y en Urdinarrain (centro-sur de Entre Ríos).
A esa aparición se debe sumar que las condiciones ambientales son en estos momentos favorables para la dispersión de esporas de roya, desde esas zonas con detección de la enfermedad hacia nuestra región, por el pronóstico de varios días consecutivos con vientos desde el norte.
Antonio Ivancovich aseguró que “estamos en momentos de condiciones predisponentes para el desarrollo de la enfermedad debido a días con abundante rocío por más de 8 horas y temperaturas favorables para la ocurrencia de infección”.
Ante esta situación el especialista recomienda intensificar el monitoreo de los lotes, observando los mismos cada dos o tres días, evaluando las plantas en sus hojas basales. Y en caso de encontrar síntomas sospechosos consultar a los especialistas en enfermedades de soja.
Síntomas
Según explicó el ingeniero Antonio Ivancovich, aunque los síntomas de la roya pueden presentarse en cualquier momento del ciclo del cultivo, se hacen más evidentes en plantas, posterior a floración, progresando desde las hojas inferiores hacia las superiores. Los síntomas se visualizan mayormente en el envés, como lesiones de color amarillo que posteriormente se tornan marrón y marrón-rojizo. Sobre estas lesiones se forman estructuras globosas denominadas urediniosoros, que liberan urediniosporas a través de un poro central. Durante los últimos estados de la enfermedad se forman otras estructuras, de color pardo oscuro, denominadas telios, que contienen teliosporas.
La variación en los síntomas está relacionada a factores como estado de crecimiento de la planta, variedad e inclusive a la raza del patógeno presente. En tal sentido se diferencian dos tipos de lesiones: marrón-rojizas, con grandes áreas necróticas y pocos o ningún urediniosoros; y marrón-amarillentas, con pústulas y masas de urediniosporas.
Los síntomas de la roya se pueden confundir con los causados por la mancha marrón (Septoria glycines) y la pústula bacteriana (Xanthomonas axonopodis pv. glycines).
Para más información comunicarse con Antonio Ivancovich (Unidad Integrada Unnoba-Inta Pergamino, e-mail: ivancovich@pergamino.inta.gov.ar).
Fuente: La Opinión de Pergamino